lunes, 31 de octubre de 2011

El Encanto del Águila:

Una producción de El Mall y Noticieros Televisa Estreno 15 de noviembre 10 pm Canal 2

viernes, 28 de octubre de 2011

Los Asesinos:

O el día que aprendí a a peinar el cuello de la jirafa antes de abrir el buche:

Los Asesinos la nueva pieza de David Olguín plantea eso: La muerte per se y sus “vacios” y viciados ejecutantes. A diferencia de La Lengua de los Muertos, primera pieza donde se toco el tema de la muerte, esta obra se plantea en la actualidad, sin ningún trasfondo político explicito o alguna razón más allá de la propia oscuridad de la naturaleza humana misma. Escrita con lenguaje popular y mucho slang chihuahuense, se plantea este territorio como una isla, un lugar apartado del resto del mundo donde el valor de la sangre es lo que menos importa. Además de lo explicito, como una metáfora del nivel de reclusión de humanidad al que personas dedicadas al oficio de la muerte pueden llegar. Con obvias referencias a textos bíblicos mantiene la balanza de lo que se dice entre lo cotidiano y lo profundo, inclinado hacia la reflexión pero sin dejar de lado lo divertido de la situación misma. Vemos el desarrollo de una clica mediante cuadros en desorden cronológico que nos muestran el progreso de una tarea específica: matar. Lo anterior empapado de las relaciones humanas entre ellos, juegos de poder y el miedo innato que puede causar el “ser quienes son”, nos lleva de la mano por un viaje por lo más profundo de la miseria humana, paradójicamente en medio de la luz del día de un adolorido y actual país. La escenografía muy acertada, una plataforma en constante declive, arena, zapatos, un desolado árbol, un lugar hipotético que funciona perfectamente como telón de los espacios planteados, desde la casa de operaciones de la clica, hasta un campo de abatimiento, pasando por lugares de intimidad de los personajes. La música también ayuda a crear esa atmosfera de reflexión, divertimiento y estrés (en el cual indagare más adelante.)

Punto y aparte las actuaciones pues es lo que sostiene la obra, se notan las tablas de los actores, y mas allá de su interpretación es como si no pudieran esconder ciertas cosas sobre su origen que te causa una ligera sensación de que en realidad estas observando la obra mediante una fina hendidura entre la ficción y la realidad, que llegan a confundirse. (Y no es para menos en el país donde vivimos.)

No pasa el tiempo sin soltar un par de risas, pero se mantiene un estrés constante sobre la situación, sobre la muerte, la jodides, el vacio y el hastió de los que son representados, sin comprenderlos (no es la finalidad), estrés constante que se acentúa con los momentos de energía más alta, disparos y confrontación entre los personajes, estrés profundo y catártico, no es para menos, al final de cuentas estas contemplando a la muerte, a los asesinos.

Imprescindible.












©Enrique Marín (Incluye Fotos)

LOS ASESINOS
Carretera 45 Teatro (antes Alborde)
Escrita y dirigida por DAVID OLGUÍN
Con: Laura Almela, Rodolfo Guerrero, Gilberto Barraza, Saidh Torres, Sandra R. Depraz, Gustavo Linares, Raul Espinoza Faessel y Antonio Zúñiga

JUEVES Y VIERNES 8PM, SABADOS 7PM Y DOMINGOS 6PM
TEATRO EL MILAGRO
Milán 24 col. Juárez

miércoles, 26 de octubre de 2011

La Cripta de la Colonia Güell:

Antoni Gaudi

La cripta de la iglesia de la Colonia Güell, a solo 20 km. Del centro de Barcelona, es la única parte que el genial arquitecto llegó a construir de un proyecto mucho más ambicioso: una iglesia monumental cuya concepción le llevó más de diez años y que sirvió de campo de pruebas para su gran proyecto, la también inacabada Sagrada Familia.

Mientras en el Parque Güell y en La Pedrera centenares de turistas se disputan los mejores ángulos para inmortalizar las sensuales curvas de los edificios de Gaudí, me encuentro admirando las tortuosas columnas de la cripta de la Colonia. Al contrario de lo que sucede con la mayoría de las obras del genio catalán, convertidas en parques temáticos del modernismo, la cripta es un edificio vivo en el que se ofician misas y bodas.

Pero antes de recorrer el recoleto espacio de la cripta me doy una vuelta por el barrio, construido por el industrial Eusebi Güell a principios del siglo XX con el propósito expreso de alejar a sus obreros del anarquismo que sacudía la Barcelona de la época.

La Colonia Güell tenía su propia escuela, un mercado, una casa club y, la joya del recinto, la iglesia de Antoni Gaudí. A cambio de estas prebendas Güell obtuvo la férrea fidelidad de sus trabajadores; tanto es así que un siglo después la mayoría de los habitantes son sus descendientes o los propios trabajadores jubilados, de la gran fábrica textil que cerró sus puertas en 1973.

Dirigiendo los pasos hacia la loma que corona el oeste de la colonia. En medio de un pinar vislumbramos las columnas de la entrada a la cripta casi mimetizadas con los pinos que la circundan. Gaudí –me cuenta el guía-quiso mimetizar el edificio con la naturaleza, así que se inspiró en los árboles de alrededor para diseñar las columnas. Pero ¿cómo es posible que esas columnas sostengan el peso del techo y, sobre todo, cómo hubieran podido sustentar el peso de la iglesia, nunca construida, que se hubiera levantado 40 metros por encima?

La clave está en el imaginativo cálculo de estructuras realizado por Gaudí y que se explica minuciosamente en el centro de interpretación de la colonia. El arquitecto inventó para la ocasión un obvio método revolucionario: construyó una maqueta invertida del edificio y determinó la capacidad de arcos, columnas y muros en función de las curvas formadas en estructuras blandas por pequeños pesos. En otras palabras, dejó que la gravedad diseñara la forma de los arcos.

El método -que luego aplicaría también en la Sagrada Familia- era preciso y audaz. Tanto que los maestros de obra que levantaron la cripta preferían no estar debajo de los techos cada vez que había que remover un andamio. Aquello no se podía sostener. Pero lo hizo desafiando los preceptos de la arquitectura tradicional.

En 1914, y tras casi 14 años de dedicación a la iglesia de la Colonia Güell, Gaudí abandonó los trabajos. Aunque se ignora el motivo que le llevó a tomar esta decisión, todo indica se acabo la financiación; el mecenas, envejecido y debilitado, no pudo defender la finalización de la obra frente a sus hijos, que decidieron dedicar todos los recursos de la factoría a producir textiles para las potencias beligerantes en la Primera Guerra Mundial que estalló aquel año y en la que España fue neutral.

El cálculo de los Güell fue tan pragmático y poco atinado. Si bien la empresa familiar se benefició del comercio durante aquella violenta contienda, privaron al arte de una obra única: una iglesia monumental de la que solo llegó a levantarse la primera planta. La fábrica cerró en 1973, pero en 2011 los visitantes siguen acercándose a la Colonia Güell para contemplar esta pequeña maravilla que es la cripta de Gaudí.

sábado, 22 de octubre de 2011

El Memorial al Holocausto Judío:

Peter Eisenman
En Berlín, a pocos metros de la Puerta de Brandenburgo, y no lejos de Postdamerplatz, en lo que antes conformó la línea separatoria entre la RFA y la RDA, se encuentra este memorial-escultura-instalación, o en palabras del artista judío-neoyorkino: “Una experiencia”. Está compuesto por 2.711 bloques de hormigón y ocupa una extensión de 19.073 metros cuadrados. Cada bloque pesa una media de ocho toneladas. El bosque de filas y columnas absolutamente alineadas y rectas recuerda levemente al antiguo cementerio judío de Praga, aunque se inspiro en este, no es la idea final de su creador, sino recrear la sensación de desolación, de extravío, una recreación que se puede sentir al perderse entre sus bloques que poco a poco van ganando altura hasta que nos cubren, nos cubren dentro de esa herida purulenta que como seres humanos nos es imposible ser ajenos. Se recomienda vivir la experiencia de noche, alejado de la luz del sol y de los turistas. Como un listón en el dedo para no olvidar o como un gran supresor de suspiros.
©Enrique Marín

















(Fotos ©Enrique Marín)