O Arte que transmuta la percepción…del arte.
Hace un par de años cualquier artista que se jactara de
ser transgresor e “innovador” se valía de lo conceptual para expresarse, de
entre un mar de propuestas figurativas sobresalían quienes se atrevían a romper
esos esquemas y presentar readys mades o instalaciones totalmente ancladas en
un concepto para subsistir. Corte a un poco más de una década después me
encuentro caminando entre los pasillos de Zona MACO 2012, la feria de arte más
importante y snob de nuestro país; lo figurativo se ha ido, la representación se
ha vuelto un tema obsoleto, lo de hoy es valerse de un concepto tan amplio que
ni siquiera quepa en la pieza misma. ¿Dónde quedaron las esculturas de hombres
hermosos con máscaras de pájaros y alas? , ¿Los cuadros de regordetes y simpáticos
personajes colombianos?, ni siquiera quedo espacio para los esqueletos de
animales intervenidos y sostenidos del techo. Los coleccionistas de hoy buscan
eso: solo conceptos.
Sarah Lucas
Spamzeplin (Detalle)
Medidas Variables
Aquellos aburridos artistas que se basaban en la figuración
para expresarse, se han vuelto a poner de moda, pero ahora por ser tan transgresores
y casos aislados que ni siquiera son invitados a este tipo de eventos. Por
ejemplo una parte de la pieza de Sarah Lucas “Spamzeplin”: Un pollo de mercado
suspendido junto a dos huevos cocidos, la artista sugiere al comprador “cambiar
el pollo cada 4 días” y no ofrece ningún tipo de conservación. Citándome a mí
mismo “El arte trasmuta la percepción humana”, en este caso la percepción misma
del arte, pues la pieza a quedado de lado para dar paso a un concepto tan
grande que no cabe ni en un certificado de autenticidad. Otro ejemplo: Wilfredo
Prieto: “una de cal” y “otra de arena”, se vendió el primer día, pero la venta
no incluía transportar el material (cal y arena respectivamente).
Wilfredo Prieto
Una de cal (cal)
Medidas Variables
Otra de Arena (arena)
Medidas variables
Ciertamente los conceptos del mercado actual se basan en
gran medida en las opiniones de críticos y dealers que deciden qué es y qué no
es arte, el problema, creo, se presenta cuando no se acepta la pluralidad del
concepto, o del arte misma, y se sigue una sola línea de aceptación que limita
por todos lados la escena actual. Afortunadamente entre los pies de esas
sagradas opiniones existe aun algo que funciona: el gusto de la gente, del “cliente”
del comprador, ya que, por ejemplo, en la feria de lo más exitoso y vendido (tanto
por su naturaleza como por su precio) fueron cada una de las piezas de la
instalación “La Puta de Babilonia” de Emilio Rangel, lo que saca a relucir que
una pieza que aun se basa en la representación, en este caso de un referente
tan claro en los últimos 20 años, por lo menos, (aun) resuena en los gustos de
la gente, cayendo en lo siniestro-freudiano cada una de las Miss-Peggy-Porn
tuvieron sus 15 minutos de fama, lo que responde (aun) a algo diferente que un
concepto puro. De lo moderno a lo contemporáneo, de lo contemporáneo a lo
absurdo, y de lo absurdo a quien sabe donde…
Emilio Rangel
La Puta de Babilonia (detalles)
Plastilina Epoxica
Medidas Variables
©Enrique Marín (Incluye fotos)
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