jueves, 25 de febrero de 2010

Los que juegan con fuego:

Clip del primer programa de Arrancatela! (en dado caso de que hayas nacido despues del 2005, solo así te lo habrías perdido)
[Para Arias, con amor]

La verdadera escalera al cielo:





Alineación al centro
El madrileño Eugenio Merino* ha saltado estos días a los medios debido a su obra Stairway to Heaven, expuesta en la 29ª edición de ARCO (Feria Internacional de ARte COntemporáneo).
Su escultura, de tipo hiper-realista muestra a un musulmán rezando, sobre el que se sitúa un sacerdote católico, y sobre este un rabino. La obra ha provocado quejas desde la Embajada de Israel en España. No obstante, el artista defiende la buena fe de su factura: “No se trata de una obra con la que yo quiera provocar. Mi idea es la de la coexistencia de las tres religiones, que hacen un esfuerzo común para llegar a Dios en plan literal. Creo que la lectura es positiva”. Es una buena explicación, sin embargo, yo creo que la obra dice mucho mas que eso (Musulman hasta abajo inclinado, catolico en medio de rodillas, etc.) Parece ser que los israelíes no tolerarían ninguna Alianza de las Religiones. Acepto comentarios.

*Eugenio Merino nació en 1975 en Madrid (España). Este artista pop se atreve con la fotografía, la pintura, el diseño gráfico, la escultura, los montajes en video… Si algo destaca de su obra es la evidente conexión de esta con la actualidad política y social de nuestro mundo global.

lunes, 22 de febrero de 2010

¡Esos estupidos adolecentes!

Por allá del año 2002 un trió de adolecentes sin aspiraciones profesionales concretas-recién egresados de la prepa producían y conducían el programa “de variedades” Arrancatela! Que se transmitía una vez a la semana en Zamora, Michoacán. Uno de esos adolecentes era yo y de ese programa desprendo este video, estaré subiendo mas, por favor comenten.

[Para la banda: Coyt, Arias y todos los que participaron en este pedo]

martes, 16 de febrero de 2010

El Codex Seraphinianus, de Luigi Serafini:

Con el animo preciosista de un amanuense, el italiano Luigi Serafini (Roma, 4 de agosto de 1949) empleo 30 meses en escribir y dibujar su particular enciclopedia sobre su particular mundo imaginario. En diciembre de 1978, este arquitecto termino el Codex Seraphinianus, que editaría en 1981 el erudito aristócrata Franco Maria Ricci. En esta joya encontraremos, en una lengua y alfabeto ficticios, cerca de 400 interesantisimas paginas sobre temas tan variados como la botánica y la zoología, la técnica de las máquinas y los vehículos, o las etnias del mundo y sus costumbres.

Este libro es, al final de cuentas, un objeto de estudio indispensable tanto para criptólogos como para diseñadores, por el conjunto tan inusual de temas y la manera como el autor los retrata.Yo ya he empezado a leerla: no me entero de nada, pero resulta apasionante.
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El Regreso de los Maras:





MARA O DE LA NOCHE SIN SUEÑO
De Antonio Zúñiga
Director: Rodolfo Guerrero
Asistente de dirección: Abraham Jurado
Con Gilberto Barraza, Javier Sixtos, Yolanda Abbud, Sandra Rosales, Guadalupe Vega entre otros.

Teatro El Milagro.
Milan 24 Colonia Juarez
Lunes y martes a las 20:30 hrs.
Del 25 de enero al 16 de febrero



martes, 2 de febrero de 2010

Lo que no te conte:

Hace mucho tiempo que nadie pregunta por mí. Me lo dijo Don Temo cuando regresé y no tenía por qué mentir. Preguntó por mi mujer. Le dije que estaba bien para no entrar en explicaciones. Me costó mucho regresar aquí, sentía no sé qué de encontrar el depa vacío. La verdad es que no la he podido olvidar. Tenía un carácter muy difícil, estaba acostumbrada a hacer lo puro que se le daba la gana, nunca tuvo freno; yo al contrario, siempre he sido igual. “Tu, de veras – me decía- que ni hueles ni apestas.” Porque me daba igual ir al cine o a bailar, comer tacos o hamburguesas. Y me daba lo mismo porque estaba con ella, pero eso nunca se lo dije. Yo sabía que a veces me tenía miedo. Cuando despertaba y yo estaba viéndole de muy cerca los vellitos del cachete, se asustaba mucho. Nunca he sabido expresarme. Si hubiera podido decirle cómo era su risa, ella habría entendido qué tanto me gustaba oírla, verla contenta. Nunca pude decírselo y eso que por su risa y por su cuerpo me fui con ella.

Hace mucho tiempo que no había venido aquí. Todavía está el refresco que dejé destapado, las dos tazas. Supongo que el hecho de no tener familia le hizo mucho daño. Era huérfana y por eso no sabía qué estaba bien y qué estaba mal. La última vez que la vi, estaba dormida. Sentí alivio porque toda avenida Coyoacán de camino a casa había estado pensando que la iba a encontrar con alguien en mi cama. Me quité los zapatos y me acerqué a gatas para olerla, oler las cobijas, para saber si había estado con alguien. Como siempre se asustó conmigo cuando abrió los ojos y empezó a insultarme. Entré a la cocina para tranquilizarme y ella entró mucho rato después. No podía quitarme de la nariz el olor de las cobijas. Como para arreglar las cosas me preguntó si quería un café; tenía agua hirviendo en la estufa. Ni siquiera sentí lo caliente de la olla cuando le eché el agua a la cara.

He tenido mucho tiempo para pensar en mis actos. No me arrepiento. En el fondo lo hice para que nadie la volteara a ver, para que nadie quisiera tocarla. El doctor dice que no va a quedar bien. Me voy a tener que tragar mi orgullo y mañana la voy a buscar para pedirle que regrese a casa. Creo que soy capaz hasta de hincarme si me lo pide. Algo me dice que sí va a volver y va a tener que entender que estando así, toda quemada, yo soy el único que la puede querer todavía.

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